Monólogo o retrospectiva
A veces golpean de improvisto las metáforas centrales de la vida, bailando con la entropía. Como un suicida que se topa de improvisto con su reflejo en el metal pulido, seduciendo al infinito encuentro una imagen borrosa del camino a casa. A veces advierto un pensamiento encallado por la fuerza del viento y la melancolía, a veces olvido el olor de una montaña que me recuerda la cordillera, y a veces en el espejo, un rostro irreconocible me dice en un acento olvidado que en las orillas del rio a veces huele a café. A veces los instantes no bastan para honrar un recuerdo, pero en un ritual desconocido encuentro razones de sobra, aunque a veces falte el valor. Y en las calles, a veces las luces nocturnas iluminan en el mismo tono amarillo, otrora triste y olvidado, peligroso y esquivo. De repente soy inmaterial y me atraviesa el tiempo. Estoy en la casa eternamente rentada de mis padres, en el sofá de cuero café, deshilando un cojín que ha mordido un perro, mi perro, todos los p...