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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Palabras Sueltas

Tortura, eso era verla cada día más cerca, como si pudiera unir dos decisiones mal tomadas y unas gotas de sudor que se derraman por la espalda. Infierno, eso era sentirla en su olor medio rancio y medio dulce, ese olor a mujer real, a equivocaciones selectivas en el fondo de los vasos de cristal. Cueva, era mi vida una cueva sin mayor luz que la propia, ya tan malgastada con el tiempo que no pasó y las noches de renta. Cielo, era salir de allí corriendo, saltando, gimiendo, demostrándole al mundo que el suicidio era una valentía reservada para los grandes. Cobardía, en las manos, en los párpados, en las afinidades que se derraman con calma mientras hablan del destino.  Excusas, no tenía ni quería, no existían   siquiera en sombras, en avellanas pardas que se queman en el socavón. Palabras, me sobran, le sobran, nos desalientan de lejos y nos unen en un siempre distinto, un nunca constante. Infierno, es la cercanía gastada, el fuego tibio y los ojos cansados. Miradas,...

Verdades a Medias.

No tengo tiempo, ni gritos, ni ganas de llorar; No tengo recuerdos lindos que se borren por azar. No tengo botas rotas que amenicen el camino, No tengo vacío en el estómago, solo tengo frío. No quiero pensar que detrás de usted se me fueron las palabras, Ni quiero escribir para que digan que estoy perdido. Recordar sólo duele en horario de oficina, Pero duermo en las noches con alguna medicina. No me he enamorado, no he tenido oportunidad, Digamos que me muevo como me enseñó a andar. Digamos que lo único podrido es el almuerzo de la tarde, Digamos que se fue y que todo siguió igual. Déjeme tirarla lejos, déjeme dejarla ir, Déjeme matar lo que era bueno, Déjeme guardar lo que la obligó a huir. Olvídese de las sonrisas, olvídese de mí, Que de las escenas bajo la lluvia solo le quede el barro entre los dedos, Que de las comidas solo las cuentas, que de la madera solo el aserrín; Clausuremos las vísperas, embauquemos al diablo; Obliguémo...