Verdades a Medias.
No tengo
tiempo, ni gritos, ni ganas de llorar;
No tengo
recuerdos lindos que se borren por azar.
No tengo
botas rotas que amenicen el camino,
No tengo
vacío en el estómago, solo tengo frío.
No quiero
pensar que detrás de usted se me fueron las palabras,
Ni quiero
escribir para que digan que estoy perdido.
Recordar
sólo duele en horario de oficina,
Pero duermo
en las noches con alguna medicina.
No me he
enamorado, no he tenido oportunidad,
Digamos que
me muevo como me enseñó a andar.
Digamos que
lo único podrido es el almuerzo de la tarde,
Digamos que
se fue y que todo siguió igual.
Déjeme
tirarla lejos, déjeme dejarla ir,
Déjeme matar
lo que era bueno,
Déjeme guardar
lo que la obligó a huir.
Olvídese de
las sonrisas, olvídese de mí,
Que de las escenas
bajo la lluvia solo le quede el barro entre los dedos,
Que de las
comidas solo las cuentas, que de la madera solo el aserrín;
Clausuremos
las vísperas, embauquemos al diablo;
Obliguémonos
a creer que los plurales cuestan más,
Y que los
clavos no se doblan con las gotas de agua,
Y que los
ojos no proyectan las escenas de alquiler.
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