Fórmulas de Tratamiento para la Sinceridad.
Mi historia con usted comienza con un saludo a medias y un par de miradas sin interés evidente. Continuó sin futuro, como un no nacido y malformado al que se quiere por necesidad. Continuó también como una incipiente forma de contactos divididos entre su capacidad para mantener la reserva sobre cualquier tema, y la mía de no preguntarle sobre ninguna cuestión. Como si fuéramos ambos conocidos de toda la vida y no necesitáramos preguntar por los más sencillos temas de todos los demás. Como si saber sobre sus amigos o los míos, sobre sus amores y mis rencores no fuera interesante ya, a una altura de la historia que se encontraba entre la falda más baja de la montaña y el pico más alto del desbarrancadero donde podríamos resbalar. Se convirtió, de repente, en una confianza sin palabras y una confidencia sin información. Se convirtieron los sonidos en canciones que no sabíamos tocar, en un concierto donde los espectadores no esperaban nada, y nosotros, dependiendo del día, so...