De Verla Sonreír y Otros Vicios



De verla sonreír y otros vicios que dejan ausencias.
De los abrazos que le adeudo en un destino sin humor,
y del tortuoso telón que nos separa,
cuando nos ama el peligro y nos suelta el temor.

Quiero hablar de besar las palabras que no se dicen,
de la necesidad de tenerla y las gruesas reglas que me obligan a parar.
De su infinita sonrisa, enmarcada en letras que no se escriben,
letras que derrumban y amarran tanto como levantan y dejan volar.

De sus ojos que sin abrirse muestran estrellas apagadas,
de la chispita de vida que inyecta oxígeno, que atraviesa la carne,
que enruta, peligroso, el corazón.

Quiero hablar de lo que amo y de lo que no.
De la dificultad de un concepto para traspasar el miedo,
de aquello nos que une, mientras todo lo demás nos separa,
y del loco andar de sus orejas de gato, que se detienen en el techo para mirar atrás.

De alguna cosa que falta quiero hablar, de todas aquellas que ya están.
De la perfecta combinación de su nariz con su sonrisa,
del imperfecto tiempo que no deja de correr,
y de las imposibilidades que se manifiestan cuando me acompaña, cuando no está.

De lo culposo de una situación que precede a los besos, inexistentes.
De saberla lejos, de no poderla alcanzar.
Quiero hablar de aquello que no ha podido ser, de lo que me hace hervir la sangre para que sea, 
de los sueños de verla feliz cuando no esté,
y de la tristeza que la abriga, sin pedir nada.

De la pluralidad de sentimientos que me acompañan,
del divergente conjunto de errores que llamamos perfección.
Quiero hablar de lo que no se ha dicho, de lo evidente de una mirada cómplice,
de lo suplente cuando hay alguien más.

De lo divino de la terquedad al abrazarla,
de la felicidad mal sentida y lo resentido cuando el cielo se cae y nos deja mirar.
Quiero hablar de lo que el futuro no trae, de la propiedad intelectual que se copia del vacío,
de lo que provoca la tristeza, y de las lágrimas que faltan por soltar.

De ella, que no está conmigo,
de mí, que tampoco estoy,
de los dos que no hemos podido ser,
y de lo que somos cuando no queremos correr.   

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