Vida Rota.

Todo terminó temprano, cuando siquiera comenzaba o se dejaba ver, todo se fue por el retrete tan solo dos minutos después de terminar, justo en la mitad de un beso partido y dos pulmones manchados, como un sueño ensimismado que despierta a un soñador, o una serie de eventos que todos quieren olvidar.

Ella se fue con su movimiento paulatino y refinado, embriagador y casi certero detrás de las lágrimas que le desbordaban el alma y le ensuciaban los labios, él, solo callado y estático se disfrazó de hombre y se tocó el pecho, sintiendo en el fondo el pedazo de carne muerta que la vida le acababa de arrancar.

No se conocían desde hacía mucho tiempo, solo un montón de días divididos en dos y multiplicados por las veces que se sintieron felices el uno detrás del otro, como si la vida tuviese sentido y se dejara engañar por sentimientos baratos. Se atragantaron en cuentos, se escribieron los huesos y se marcaron la lengua, pensando en una eternidad tan corta como un suspiro, tan falaz como una balada certera que se siente insegura en una boca ajena.

Ella tenía una camisa sucia que con las lágrimas tornaba las fotos borrosas y amargas, él solo una bomba de tiempo que olvidó estallar en el momento justo y los dos, se dejaban llevar de nuevo por la gravedad de la tierra, por el peso de sus cuerpos cansados y las narraciones quebradas de tantas mentiras acolchonadas con verdades a medias.

El mundo les había quitado las alas y ahora soplaba hielo en esas calles que tan solo días antes se habían llenado de flores, las había marchitado al son de un sol que ya no les calentaba ni las uñas, dejando a la intemperie árida las voces fatalistas que les golpeaban la cara con la realidad.

En la piel no se notaba tanto como en el alma, pero los huesos sentían cómo la fuerza se perdía en los movimientos más sencillos y dispersos, los músculos del rostro ya no sonreían más, y la mayor lubricación ya no venía del placer sincero sino de los ojos que sin miedo desbordaban agua bendita de doce a doce y de seis a seis.

Bienvenidos al mundo les decían el espejo, se acabó el sueño detrás del telón, mañana será distinto el número en el calendario, pero no la tristeza que llevas en el corazón.



Comentarios


  1. "El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil" Leon Tolstoi (1828-1910)
    ¿Cómo es posible perder la esencia de lo creías “verdad” y generar una lucha entre tus pensamientos con solo una mirada? , cuando vale la pena cuestionarte?

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