Lo que Aguanta un Diciembre sin Sombras.

Esta noche me aguantaría una tía redonda, una escuela sin clavos y una torre sin faros, me llevaría en las manos la lluvia helada y la luna triste, un calentador antiguo y un casete de alpiste, podría  poder cuidar que no se moje su mano ni se enfríen sus piernas, querría quererla una noche sin querer perderlas.

Esta noche tomaría pastillas para dormir y me mantendría despierto, y ni el mismo Prozac me pondría contento. Abrazaría la nostalgia de cuidar un fantasma con su rostro, aunque su figura se prendiera en una masturbación sin ganas y una botella sin corcho.

Le presentaría a mi amigo invisible mientras le tomo fotos a una camarera hambrienta; abriéndole espacio en las narinas para una noche de polvo, como si fuera yo Peter Pan y usted  una bella princesa, aunque no fuésemos más que un vagabundo méndigo y una invisible tristeza. Me engañaría escribiendo sobre política y lamería tres centímetros arriba de su cremallera abierta, imaginando que estoy húmedo por bañarme más seguido, y no por meterme en tantos túneles prohibidos.

Esta noche me vestiría de mujer para entenderla un poco y prendería una fogata para quemar lo que no me interesa. Los vinilos de mi padre y las gafas del abuelo, el testamento que ensucié inyectándome sus duelos. Metería mil colores en una bolsa plástica y encendería pólvora con una esvástica, no porque me gustara, más bien porque me enferma pensar en ideas claras.

Esta noche sería distinta pero no lo es, porque  se fue un instante y se me fueron tres;
Uno por lo que me faltó decirle una noche desnuda, dos por tanto que le dije enervando locura, tres queriendo que acabase esta historia, y le regalo una, para que se corte las glorias y la cordura.

Me dejó solo las venas para poder picármelas, como piqué cada una de sus historias, para morirme tranquilo en la noche del bar, y perderme sin vicios en esta maldita ciudad. Esta noche me aguantaría tres mil idiotas por verla, pero esta noche no soportaría tenerla.

No soportaría dejarla lejos ni llevarla cerca, levantaría un muro para no mirarla y abriría un hueco en las paredes para poder pensarla, sentiría reproche por irme tan lejos y sería valiente y estúpido haciéndome cerca, para olerle las penas y gritarle mentiras, regalarle bisuterías baratas y abrazos sin nombre en el patio de atrás.



Comentarios

Publicar un comentario

Habla amigo, y entra.

Entradas populares de este blog

Luces recurrentes para gymnopédies