Dormitar
Había una vez un cuento que carecía de comienzo, una cópula sin placer que se hizo biblia y un hijo bastardo que se quiso ahorcar en el útero para nunca ver la luz del sol. Había una vez un hada sin dientes ni alas que cobraba por horas, un caballero sin espada que apuñalaba sueños rotos en una ciudad perdida, una tortuga que no sabía artes marciales y se resignó a extinguirse a los cien años de haberse muerto su novia en el altar. Había una vez lo que no había antes ni después, un abrazo mal logrado en un reloj sin pilas, un minutero rebelde que contaba las horas, una familia invisible que era feliz. Había una vez un sueño que quiso despertarse y un soñador que no quería dormirse, un genterío sin habla que hacía ruido en los ecos tardíos y un ser humano sin ganas de matar, que por suerte asesinaron antes de que hiciera carnaval. Había una vez gente que se preguntaba por los celos, por los amoríos, por los sentimientos. Había una vez gente buena justo antes de quebrarse en pe...