Carta a los Amores Muertos
Me gustaría matarla mientras duerme, clavarle un cuchillo en la garganta y detener sus ronquidos miniatura y sus sueños color pastel. Me gustaría taparle la boca y drenarle la vida mientras cierra los ojos, mientras llora, mientras me limpia las sábanas de tanto amor, de tantas ganas sin respuesta, de tantas respuestas sin disfraz. Sigo pensando en acariciarla hasta dormir y verla durante horas respirar y sonreír en la almohada, desnuda. Sigo pensando dejarla ahí, prenderle fuego a la habitación y cerrar la puerta con un candado que no pueda romperse, bloquear las ventanas para que no pueda saltar. Quemarla, matarla, destrozar cada rinconcito de su cuerpo donde me sentí tan seguro, donde vi al mundo entre sus senos y entre las aureolas color vainilla que mostraba sin placer. Quiero que grite, que se ahogue en la sangre o en el humo, que la devore el colchón y que lo primero que vea al abrir los ojos sea una carta pegada al techo con mi letra que diga “La amé”. Quiero qu...