Entradas

Mostrando entradas de 2024

Dejar Ir

Se ha desvanecido de repente, me dice. Se ha desvanecido para siempre. Se desvaneció en la noche mientras dormía, cuando soñaba. Buscando en la luna su reflejo, mientras lloraba. Se ha desvanecido, llevándose consigo los últimos trozos de eternidad. Se fue por tú culpa, me dice. Por tu maldita culpa sin resolver. Se fue porque nos faltó valentía para retenerla, Habilidad, para en frases cortas mantenerla. Energía, para obligarla a creer. Se fue porque no pude contenerla, le respondo. Porque no pude sentirla, ni transformarla, ni describirla, ni liberarla. Ni amarla, ni odiarla, ni crearla. Porque no puedo aprisionarla sin matarla, y ella es una tempestad. Se fue porque estamos muertos en esta catástrofe, me dice. Resbalándonos en el barro, Pudriéndonos sin notarlo. Quedándonos solos en este acto de fe. Y prefiero la amarga sintonía de la noche, le digo. Que tenerla cerca para hacer un derroche, De unas cualidades que no me pertenecen, Que sólo en ella prevalecen, y que conmigo, corren ...

Matar a Tiempo

Quisiera recordarte como un rayo de luz en una sombra constante, quizá en una conversación interrumpida por el sonido distante, de un barco que huye con las esperanzas restantes de esta inacabada ficción.   Cautivarte, quizá rompiendo silencios al advertir el desastre, quizá amando algún defecto escondido en el estante, o evitando materializar un miedo olvidado en un rincón.   Quisiera escucharte, herirme despacio con tu voz cortante, quizá buscarte, como a un silbido que escapa al viento en un instante; Callarme, dejar que tus palabras sean nuestra revolución.   Convencerme de un ideal que derrote mi cobardía, Dejarme llevar por la intención que intuía, O por tu danza ilusoria, que anticipa la acción.   Pero esto es sólo una elaborada retrospectiva, de lo tarde que se ha hecho para una conversación definitiva; De lo egoísta que fui al soltar un monólogo sin salida, para ocultar el desastre que dejó tu explosión.   Me af...

Escarpado

Estoy al borde de un escarpado donde resuena el repetitivo cantar del infierno y yo tarareo al unísono de la voz principal. Allá atrás, hoy todo me parece inconexo y yo me encuentro lejos, muy lejos, a punto de saltar. Me siento envenenado de luces, hastiado de pantallas, aturdido de los ruidos infinitos que acompañan al mundo. Me siento extranjero de todo lo humano y al mismo tiempo demasiado humano. Estoy al borde de un escarpado que se convierte en un marco infinito de interpretaciones erróneas, que parece un gambito apresurado de silencios y un espacio sin contenido ni continente.   En él, encuentro que la tristeza es una metáfora del mundo filtrándose a través de la retina, un recordatorio inmutable de lo inconstante, una sombra del abrazo torpe de la rutina queriendo salvarme. Y me pregunto si el viento también se siente maltrecho de chocar en el vacío, si suplica en las madrugadas por certezas, si quisiera llenar con ruegos este escarpado en un intento absurdo por ...

Motivos.

Me sobran los motivos para mostrarte la salida, Para arrojarte en la espalda una diatriba; Y enviarte de vuelta con una merecida retahíla de fracasos. Para que no vuelvas. Pensar que puedo expulsarte es un imposible, lo sé. Pero sólo con imposibles puedo cerrar esta herida abierta, Evitar que me infecte y me arroje al suelo, Que me aplaste con el peso del mundo bajo la presión de tus pies. Eres una obsesión desmejorada que se materializa sin aviso, Que se aferra a los hilos sueltos de mi memoria magullada. Que no me suelta. Como una catedral, te conviertes en ícono vetusto y exagerado del pasado, Llenándome de solemnidad las noches, Atrapándome en un recuerdo engañoso de mediocridad. Y durante meses puedo creer que eres invisible. O que incluso has muerto al fin. Me sobran los motivos para dejarte enterrada, Para dejarte ir. Pero las obsesiones, como las tristezas, sujetan fuerte mi garganta, Se filtran como alquitrán entre los dedos; Cada tanto,...