El Abstemio Despecho
Me duelen los ojos, los tengo hinchados, los tengo resecos y rojos. Estoy despeinado, con el cabello revuelto y los labios partidos, encima solo llevo una camisa gris manchada con salsa tártara y cerveza, un pantalón completamente roto que no llevo así porque esté a la moda, sino porque me caí tantas veces que arreglarlo era casi un desatino. Me duele la espalda de estar acostado, me duele la cabeza de no dormir y el alma de pensar en ella. Llevo detrás un barranco de sábanas sucias y un tumulto andrajoso de papeles entachonados con garabatos y poesías. Llevo adelante un montón de sueño que no recogí en las noches y la brisa de cada mañana que no me levanté. No sé por qué, pero hace meses me dejo crecer el pelo y la barba, me dejo hilar los pensamientos por las trenzas de su cabello roto y su vagina sin depilar. Soy abstemio en varios temas, no tomo ni fumo los días que empiezan con Z o que tienen el verde en las nubes o el azul en el sol; no camino en las noches donde hace ...