Mentiroso
La lluvia no caía así estuviese empapada,
Y el frío le pasaba lejos del temblor de sus labios de miel.
No sentía nada detrás de sus lágrimas crispadas
No veía más allá de su nariz de papel.
En el día dormía y en la noche cantaba detrás del espejo
Sus pies se sentían livianos y flotaban perplejos
A duras penas se bañaba y sin embargo era preciosa,
Sus manos tocaban la vida y esculpían su cara pecosa.
No hablaba mucho de sí aunque hablase todo el tiempo de ella,
Se quejaba de todo y poco le importaba nada,
Era la mentira su mochila más gastada, la que más quería;
La que más odiaba y la que más usaba.
Con la mentira le habían amado tres veces seguidas sus
cuatro mismos novios
Y se había quedado más tiempo en el hotel de alquiler.
La mentira le masturbaba los días y las noches,
Apretando las piernas y soltando los pies.
La niña mentirosa era una mujer muy sincera
Esbelta, enana,
gigante, grotesca y hermosa,
Con sonrisa podrida y blanca
Y perfume de basura dulce con olor a pastel.
Era blanca en su negrura absoluta,
Era el fin del principio lejano de duchas calientes,
Era el principio sin génesis del amor sin nombre
Y el rostro sin vida de las mentiras que dije, y las
verdades que no le conté.
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