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Y la memoria se nos come la mitad de los recuerdos, les pone fecha de expiración y lo envía lejos, donde ninguno de los dos los alcanza ni los quiere. Y la memoria se nos acerca, nos manosea la vida por detrás de la oreja y nos tira, de relleno, tres o cuatro palabras sucias y gastadas. ¿Y nosotros? Hacemos lo que nunca hicimos, nos conformamos con las migajas de lo que fuimos, con los sueños de lo que queríamos ser.                  Y ayer la luz del sol nos rodeaba el cuerpo, nos calentaba con buenas intenciones. Ayer ninguno pensaba, ni sentía, ni veía que los rayos del sol también queman, fastidian, y al final se ocultan. ¿Mentí?, no, nunca; solo olvidé mencionar que el amor, como la mayoría de los vicios, nos encoge la vista y nos elimina los sentidos; olvidé también, que como todo vicio, tarde o temprano expira y se retira victorioso, dejándonos a todos en la intemperie absoluta de la cotidianei...

Vivir es un Riesgo

Vivir es un riesgo, lo sabíamos desde antes de que lo descubrieran los científicos. Vivir mata, no hay duda de ello. Mata lentamente, sin remordimientos, sin rencores, sin odios, sin amores. Vivir acaba por aburrir a algunos, a los que viven más, a los que viven mal, queriendo neciamente vivir bien. Vivir, no deja de ser una aventura suicida, consiente, ardiente. Vivir es una apuesta que nadie gana, pero que divierte. El cigarrillo mata, destruye, corroe. El cigarrillo da los momentos más libres, más bellos y tranquilos. El humo nos envuelve en su cascada pestilente, hermosa. Nos habla al oído, nos grita siempre que terminemos con él. Nos pide que lo matemos, como parte de un trato macabro donde somos iguales; Donde nacimos y somos para ser pasado, para ser   recuerdo usado, sin eternidad. Y mata el Alcohol, nos disminuye la vida, nos consume los días y nos distrae del mundo. Y también nos ahoga en llanto, y en risas, y en borrosos recuerdos que que...

Familia

Imagen
Cuando llego al borde y los ojos se   resecan y pierden su brillo, cuando pican, cuando piden a gritos que el parpadeo sea lento; entre el dolor de espalda y los pulmones reventados, aparece usted. Cuando los pasos han dejado atrás el eco, intentado correr más rápido que el remordimiento; cuando el aire pasa tan rápido por la boca que atraganta las palabras y enmudece el corazón.  Justo pasando entre el cómo y el cuándo en que perdimos la dignidad que nos quedaba, justo cuando el hígado está en fiesta,   reventado, y hasta el agua parece gasolina de motor. Cuando pica el cuerpo, cuando incomoda el alma, cuando se agotan los tiempos pausados, aparece usted. Usted silencio, usted derrota, usted que es un grito desesperado, embriagado, vagabundo. Y ahora esos gritos de frustración, que se quiebran en el viento medio frío y medio muerto se me escurren en las paredes, se llenan de inercia y pierden sentido. Se quiebran las vidas, se asustan los sueños, se mueren día...

Días de días.

Hay días de días, donde el sol no anuncia el principio y la tarde no llega al morir la mañana; días sin noches oscuras ni luces ficticias, sin lunas alegres ni brillos fugaces. Hay días sin viento que sople, sin frio que llene las quemaduras del sol; y hay días sin dolores leves y continuos, como la vida, cuando se llena de peso y pierde razón.  Hay gente que se pierde en los días que pasan, en las noches en vela detrás del Tv. Gente que corre despacio para ser alcanzada, como la cebra que se resigna, o el suicida cobarde que se hace matar. Hay gente que se va muy lejos, gente que alcanza los días que vienen y no los dejan venir, algunos que se tragan la vida sin penas, otros que les duele pasarla despacio, y se angustian siempre por los resultados de su ecuación.  Hay años de años, cortos y largos, anchos y tristes, explosivos, implosivos, poéticos, patéticos. Hay años de 12 meses   y personas que duran un año, personas que duran un beso, a veces inmortal,...