Maleza íntima.




Es mejor cuando no sonríes, cuando tú cara, repleta de todo no refleja nada,
Te prefiero sin gestos, sin risas, sin llantos; Me gusta cuando no hay vida, cuando no estás tú.
Quiero querer un cascarón sin memorias que me acompañe, que me mime, que me abrace;
Quiero querer un hueco absoluto en donde van tus ojos, un relleno horrible donde está tu piel.

Ojalá no fueras la persona que amo, ojalá no escuchara nada que viniera de ti;
Ojalá en la mañana no olieras a nada y ojalá tus ecos no fueran reproches que me cargan la vida,
La vida que se fue detrás de ti.

Si pudiera coserte la boca, arrancarte el pelo y pintarte los labios de café;
Si quisiera alejarme cuando tú te alejas, dejar de sentirte cuando ya no estás.
Si fueras una imagen perfecta, quieta, estable;
Si fueras menos humana, menos libre, insoportablemente menos tú.

Te preferiría absolutamente lejos de cada aspecto que amo de tú carácter,
De tus impresiones fallidas, de tus batallas perdidas;
Completamente lejos de tus ojos cobardes, de tus labios valientes,
De tu aliento cansado con voz firme, apagada. 

Sería mejor jugar a que no estás, pensar que no puedes volar,
Cortarte las alas con ganas de tirarte al suelo, dejarte envuelta en tu propio terciopelo.
Sería mejor dejarte ir, no retenerte más;
Aceptar que los ángeles no vuelan, que tus noches son muy frías, que no te puedo acompañar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo que Aguanta un Diciembre sin Sombras.

Luces recurrentes para gymnopédies