A veces
A veces las montañas se caen encima de los profetas,
Y del cielo no baja más que lluvia en forma de piedras
hambrientas.
A veces no basta sonreírle al vino ni salir de noche,
A veces hasta la soledad se cansa de escupir reproches.
A veces hasta el más fuerte precisa una palabra amable
Un gesto sonriente y una conversación estable,
Un café que le dure una tarde, un beso que pase el segundo
Un interés genuino que no sea vagabundo.
A veces hasta al tiempo le falta tiempo para decir las cosas
Y a las palabras tildes y comas para no sonar quejumbrosas,
Para no creerse invisibles en una oscura frontera,
Para no escupirse a sí mismas en un mar de brea.
A veces purgar la memoria solo trae a la boca gusanos de
seda,
Tierra húmeda y mejillas cálidas
Sábanas tristes y cuerpos desnudos sin ganas de hablar.
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