Hizo Falta



Se nos olvidó que la vida no dura tanto, que los besos son tan eternos como las palabras, y tan efímeros como su entonación; Se nos pasó la idea de la inocencia tardía, y la cubrimos con retazos de caramelo duro para olvidar los golpes, para acariciar de lejos las ideas románticas y complicarnos cada tanto con la simplicidad. Se le acabaron al día los minutos y no pasamos un segundo en silencio, ni en paz; se le acabaron los pesos al bolsillo y no gastamos un centavo en una frase suelta, en un beso robado ni un sueño imposible con ganas de andar.

Nos enseñaron que el tiempo se mide, que no se habla con extraños y que desconfiar es más sensato si a viejo se quiere llegar, aunque ahora los viejos ya no sean tan sabios, y ya no valga la pena llegar hasta allá; Olvidaron en la mitad de la cátedra aclarar que el tiempo también se cuenta, que se recita entre cada palabra dicha, entre cada carga de flores salidas en lágrimas y cada grito ahogado en silencio, seguro por eso olvidamos que las miradas pesan tanto como los golpes, que los versos que no se dicen se recuerdan más. A quién nos enseñó se le olvidó enseñarnos que detrás de cada razonamiento puro también hay magia, que la crítica puede ser bella, que los gritos solo deben aceptarse cuando vienen del alma o de los genitales, cuando acarician o cuando besan, porque para los demás golpes ya tenemos bastantes tonos, bastantes odios, bastantes formas de olvido basadas en puro recuerdo, atrapadas en puro rencor.

Se nos olvidó olvidar el amor reciclado porque nos vendieron la idea de que lo bello atormenta, que lo feo revienta y lo bueno se acaba, nos convencieron de a poco que el sufrimiento es malo, que la tristeza es oscura y la melancolía es un cuenta gotas de veneno en un ayer de eternidad. Se nos olvidó lo bonito de las caras feas, la diferencia de los cuerpos y las diferentes formas de “hacer el amor”. 

Yo no sé a quién le hizo falta decirnos que hay más cosas para penetrar que la vagina, que el alma es más difícil de abrir que las piernas y que en la piel también se escribe y en los ojos también se lee, que todo eso no es cuestión de poesía ni de pragmática, que todo eso fue lo que olvidamos vivir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo que Aguanta un Diciembre sin Sombras.

Luces recurrentes para gymnopédies