Un Borde Escarpado

-           -Y ¿Qué me dices de él? -           -¿Del insomnio? Su sonido no me deja concentrarme en la nada, me digo escuchando en la noche un soneto pasivo y solitario, sin violín ni cuerdas, solo teclas y luz; su sonido no me deja irme, me digo al verle, al ser, no me deja más que quedarme, sentarme; su sonido no me deja más que repetir la noche, cuando se acaba el despertar, cuando se acaban los reproches; no me deja su sonido más que el eco de lo que fuimos en futuro, en   nostalgia contenida que no llega, en   vació lleno que busca no salir; Busca la noche lo que llega, busca el día que salió, los tonos no se buscan pues se encuentran se chocan y se van, no se enteran pues no entienden, no comprenden ya sin más; no se buscan los ojos en la noche, no se caen las ropas del follaje, no se prende la hoguera del pesar; no se funde cotidiano el tímido caminar, no se borran las pa...

Recuerdo haberle dicho algo que le ofendió, me arrebató el cigarrillo de la boca y se puso a llorar, fue casi tan trágico como las sabanas manchadas y las botellas y cajetillas vacías, el vicio vacío siempre es doblemente triste; aun así de sus lágrimas no saldría nada nuevo, lo sabía,   por lo menos del alcohol podía esperar algunas cuantas cosas; sin embargo me detuve un segundo a pensar, pensaba en tantas cosas, que en realidad no pensaba en nada, sus quejas y lloriqueos no paraban de atormentarme, era como un preludio hacia la resaca que vendría en la mañana, aunque mucho más violenta y deformada, su voz no se acallaría con un fuerte analgésico como el dolor de mi cuerpo, así que decidí pararme, toque sus mejillas húmedas, pero aun así tan delicadas como una princesa perdida en medio de un callejón oscuro de indigentes y proscritos, muchas personas terminan así, en su palacio de aire, en su casa de cartón. Pero ¿quién soy yo para defenderla o juzgarla? para empezar ni ...

En interminables despedidas de energía En incautos lugares de desesperación y melancolía He pensado tantas veces en ahogarte  Acabar con el alma, con las cosas que alivian y callan. No he comprendido aun nada a mí alrededor Solo un triste muñeco sin dueño  Que no puede engañar ni decir la verdad.  Nada falta en esta vida Y sin embargo, solo quiero una pequeña melodía Una que me diga al oído que todo acabará. La herida parece cerrarse y abrirse Como cerezos en un agradable verano Pero solo quiero sentarme a esperar Que poco a poco dejes de respirar. Olvidarme de tu vida, y vivir la mía Verte caer y poder llorar Con alegría infinita llorar  hasta el fin de los días Ver que soy libre y tu amor no me sirve. Teatros en monumentos Estatuas vigías en plazas mentales, No puedes enseñaar a alguien Cuando tú  nunca lograste aprender. No tienes idea de lo que ...

Será mejor ver caer alas de hierro y cerrar los ojos ante el infinito, respirar hondo y caminar entre cuchillas oxidadas y memorias del pasado; será mejor entonces gritar en disfonía con el universo, retirarse la piel y dejar crecer el alma entre la sangre derramada, arraigarse a un rasguño desesperado de la lluvia, y comerse los truenos con la garganta abierta; despejar los ojos con tijeras que no cortan y usar los dedos como sonidos adversos a un concierto de lagrimas y lamentos. Un violín con cabellos como cuerdas advertidas en la luz tenue de una luna sin espinas, suena sin mayor magia en la pesada noche del sol deprimido y el bosque carcomido, una guitarra melancólica genera ríos de versos infinitos y vacios, sus sonidos son de un amor suicida, de un odio desmedido y un placer sofocante como el calor del hielo que quema la piel, que incomoda el alma y apacigua los dolores del corazón; Un anillo que recorre las camas como ataúdes de piedra y mármol donde reposa sin estar mue...