-Disparejo-

-Azulejos resuenan de mañana
Se levantan los cueros secos ante el sol
De la noche quedan los papeles que no se miran ni se tocan-

La piel se encuentra revestida y muy quemada
Se tiñe de grises y color café
Se despierta y suda en madrugada
Se levanta y grita sin saber por qué.

Saber que del frio se desprenden sus alas
Que en la noche estrellada le devuelven su mar
Que las tormentas las hacen sus ojos
Cuando saben a dónde mirar.

Mira a lo lejos el águila sorda
No recuerda su vuelo en el cielo azul
Se encamina despacio y tímida
Se estrella y cambia sus sueños por luz.

Se engaña en las tardes el lobo dormido
Diciendo que descansa para alcanzar su nido
Señala que no escribe, ni lee, ni vive
Será porque lo encadenaron, será porque está sufrido.

Entra y penetra dentro de su mente
Sus piernas se abren sin saber porqué
Se estrellan los húmedos pies en poniente
Se cierran las bocas sin recibir ponqué.

Las verdades no son absolutas de lejos
Y las mentiras se ven muy reales cerca de tu piel
No quiero engañarme diciendo “universo”
No quiero mentirte besando tus sombras de hiel.

Podría matar la mitad y besar el resto
Violar las rocas que se esconden llenas de sed
Acabar conmigo apuñalando el corazón con un intento
O adorar la voz entre tus piernas fingiendo que fuese un lamento.

Te veo y no te miro pues parezco ciego
Mis ojos se los comen de a pedazos los cuervos
Te toco y me amputan las uñas con un alfiler
Y no importa nada si puedo quedarme cerca a tu piel.

Que los mares de tu pelo me recojan y mi pierdan
Si mañana yo me ahogo en el fondo de un orgasmo
Que si fueses a visitar mis bahías de alquitrán
Te recibiría cada día con un mejor sarcasmo

No digas mal que en la mañana te pienso como en la noche te abrazo
En la tarde recuerdo los trozos de letras que borro
En la madrugada te envío de vez en vez uno que otro trazo.

Que se vaya la inspiración en forma de vapor
Que se queden las copas con sabor a ron
Si mañana devuelven el vaso de cristal
Te dedicaré hasta mis resacas cuando salga a caminar.