Putos.


El humo salía despacio, era una tarde constante en matices rojos purpura y azul carmín, las calles infestadas de personas sin motivos, el cemento excremental mostraba su más pulcra cara ante los zapatos de siluetas y la saliva de este mundo, no se encontraba más allá ni más acá el ayer ni el mañana, solo estaban las sombras y las luces jugando traviesas, tiernamente reían algunos,  un romántico con disfunción caminaba caris bajo detrás de un par de piernas dueñas de una mujer no muy alta y encorvada, desvivida, como la hermosa prostituta que golpea al presidente, y así son todos, un montón de carne desganada, gris y sin pudor; se me acercó un hombre, por lo menos en nombre, vestido sin vestir, con gafas sin lentes y un cigarrillo en la mano, decía algo de la paz, decía algo de la guerra, sonería entre dientes amarillos a punto de caer, era joven, pero sus palabras parecían más de una persona con problemas de cognición, y no tengo nada contra ellos, ni aquellos, son estos y los demás los que molestan, los que gritan, los que queman.
- Tranquilo viejo - me dijo yéndose hacia atrás - Debería limpiarse esas energías que carga no?
- ¿No debería limpiarse la cara? - le respondí - Ud habla mucha mierda y de pronto se unta.
Y se fue, sin más, sin despedirse ni saludar, y así son, la mayoría de su clase, una especie enfermiza y expansiva de pegajosas formas de vanidad intelectual que raya con la estupidez de su paz, un montón de niños alternativos de colores y drogados, veganos y Hipsters, los ahora raros que no son más que baratijas que quedan cuando toda esperanza de inteligencia se va.
Me puse a pensar, pues no tenía más que hacer, en estos seres, venidos de todos los Pseudos que recuerdo, desde el hipismo hasta el intelectualismo, manchándolo todo con excremento depresivo y problemas con sus “papis” de corbata, contienen dentro de sí la lógica alternativa de la maldad juvenil envuelta en un papel de marihuana barata que se mezcla con carbón y con sal, sus neuronas son pocas, y con pocas soy abundante en descripción, son "legui sopas" o usan gafas gruesas para quedarse miopes, pues no lo son, pero así es la moda. Sus pantalones varían en anchura pero poseen la cualidad de lo liviano, para así, en cierto modo poder cargar durante algunas horas sus desechos sin molestarse, fuman light porque no les gusta el tabaco y escriben poesía prostituyendo a Cortázar, son amplios en libros con los que se limpian las nalgas, pues en sus manos han caído desde Shakespeare hasta Caicedo y han hecho de la música una insoportable forma de expresión en donde me pregunto si no sería mejor volver a los campos nazis y acusarlos de judíos o algo así.
No me malinterpreten, estos personajes tiene cosas buenas, para algunos depresivos, son una gran terapia de superación, pues al verlos, más de uno se alegra por no ser como ellos, en cambio, para otros, son un modelo muy sólido de experimento animal, mientras que para otros, son tan molestos como el olor a mierda que destilan; siempre llevan artículos clásicos, pues estamos en la época de retomar lo antiguo, sus morrales son de "ABC" o de tela gastada, gastada por sí mismos, pues las compran nuevas y las manchan con su piel, usan generalmente botas de flores, pues "están de moda y somos malos, pero llevamos paz a donde vamos", sus hojas están llenas de tachones, pues a escribir nunca aprendieron y trazan en diarios sus peleas matutinas, se jactan de ser muy normales para parecer raros, y se sientan en el piso pues son descomplicados, no llevan saco, y si lo llevan, parecen de abuelas muertas, hechos de lana y comprados en zara; para no sentirse muy mal, van a una que otra tienda "Underground" a comprar cosas, un esfero de alguna épica película que quieran fastidiar, una camisa sugerente de algún cómic que no conocen y sobre todo, estupideces varias para mostrar; la mayoría llevan plumas o trenzas, aunque hay mitos que dicen que  el que no los lleva los esconden, creen saber mucho de sociedad y cultura, no apoyan nada y critican todo, son muy proactivos, con el dinero de su "Lunch" hacen pancartas de la revolución de la cuchara y se pintan o pagan cursos de teatro para hacer parte de algún centro de Arte, generalmente son el motivo de deserción de los grandes artistas, pues los verdaderos no aguantan ni mucho ni poco su presencia, y estropean en cualquiera la inspiración natural, promocionan sus acciones en las redes sociales y se despegan de todo lo “material”, aunque cabe anotar que los Ipods, iphones, BB's, ropa de colección exclusiva, pulseras de la Hippie que los tumba con manillas muy costosas y comidas en BBC o Fridays no aplican como material, fuman marihuana en un árbol, meten coca en la cocina, y chupan ácidos en las fiestas, toman bastante si no es mucho, y fuman como putas cuando se estresan por la vida complicada que manejan, sin embargo, odian la guerra y a los narcos, al gobierno y a las FARC, son amigos no muy íntimos del socialismo y convidan muy bien con la prostitución, el capital no les importa, pero bravos no se ponen con las universidades donde estudian, meditan para alcanzar a buda, y vomitan para matar la duda, hacen yoga, escriben, leen y suspiran, todo mal y sin terminar, son veganos pues aman su cuerpo, pero más de uno tiene sida o Sífilis por su libertad sexual, aman a los animales y actúan en grupos protectores, miran mal a la gente que como yo no apoya, no porque no quiera, sino por cabrón, enferman el aire con sus risas, pues juegan a ser niños todo el tiempo, se enamoran de sus vaginas y sus penes, de unos y otros, de otros y unos, aman a todos pero son muy reservados, muestran sus tetas y son muy liberales, son homosexuales cuando les queda y bisexuales cuando les nace, hablan más de lo que deben y dicen más de lo que piensan, no están de acuerdo con nada, nada está de acuerdo con ellos y pues sí, son feos.
Pero no me malinterpreten, ya se acabarán como se acabó padres e hijos, pero como enerva que existan, como molesta que respiren, como encabrona que hablen, como me emputa que vivan en sus buenas energías que como recomendación especial, podrían introducir muy en el fondo de su ano, tal vez allí, y no acá, alguien profese las estupideces mierdosas que predican,  podrían también muy respetuosamente, ser muy alternativos en los carros de sus “papis” y en las tiendas de sus “mamis”, o de pronto, podrían descubrir que la alternativa es el suicidio, y dejarnos en paz.

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