Unísono

Amar y odiar generan la misma sensación, queman los pulmones, el pecho, el estómago y sus viseras, el cerebro y cada una de sus partes, destruyen el cuerpo y lo reconstruyen en un beso o en un golpe, a veces en los dos, ocupan la vida de principio a fin, y cuando se unen aparece la poesía, y si es suficientemente buena se convierte en filo y rasga el alma, si es suficientemente mágica se encarna en una mujer, destroza las paredes de las venas y se une con las fibras en lo más profundo de los huesos, se talla como madera en los dientes y dibuja su silueta de la lengua hasta los pies, su tono de voz se asemeja a un demonio enamorado, con furia, con rabia, con versos en el fuego de su boca; éstas dos sensaciones, sentimientos, adicciones, son no más que una enfermedad, una lenta y maravillosa enfermedad que alienta a la vida a no morir de paz, asegura, por otra parte, la finalidad de cada mirada que valga la pena, y postra en los dedos de algunos, la insaciable tenacidad de escribir, escribir para ellas, para ella, pues "Al unisono" no son más que el palpitar más pálido e imperceptible de un volcán violeta de tormentas eléctricas que dan pulso a quienes se acercan. y todo esto llega a tomar sentido, cuando se sienten juntos, al mismo tiempo, en el mismo momento y lugar, hacia una misma persona, hacia una misma mujer, hacia una misma poesía y un tono de piel."Al unisono andan y al unisono hacen lo que deben hacer, no es el tiempo quien los mueve, son las letras y la tinta, son las ganas de encontrarse y no lo lejos del lugar"
Como un soldado que olvidando la guerra, se pone a bailar en la lluvia que moja sus gritos y limpia su alma, como su amada que lejos de allí, olvidó lo que hacia y bailó al compaz de lo que le susurraba el viento. No podremos decir nunca que se tocaron, podremos decir siempre que se sintieron. 

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